Para su aplicación, la
parafina se calienta en equipos especiales, y fuera de estos se solidifica rápidamente.
La temperatura de fusión de trabajo es de 45 a 52 °C, pera para determinadas
aplicaciones con poca tolerancia cutánea puede ser necesario bajarla a 42 °C.
pese a la elevada temperatura del baño, el bajo calor especifico de la parafina
y la protección que ofrece las sucesivas capas solidificadas hace que se tolere
bien, incluso mejor que el baño de agua a la misma temperatura.
Los baños necesitan una
continua revisión para evitar que se contaminen. Los termostatos y
temporizadores pueden fallar o dañarse, y necesitan revisarse y calibrarse de
forma regular. El baño debe ser periódicamente limpiado y esterilizado
siguiendo las recomendaciones del fabricante.
Por razones de higiene,
teniendo en cuenta que se va a aplicar a otros pacientes, y para eliminar suciedad
y grasa, conviene lavar previamente la mano, el pie o la zona a tratar con agua
y jabón.
Se han de retirar anillos y
brazaletes.
MÉTODOS DE APLICACIÓN.
Inmersión
repetida.
Se sumerge la mano o el pie,
con los dedos separados, en inmersiones breves, de segundos, repitiendo la
operación entre seis y diez veces. Asi se va formando las capas de un guante o
calcetín de parafina.
Durante o después de las
inmersiones, el paciente no debe de mover los dedos, ya que se producirán
grietas en la capa de parafina por lo que entraría nueva parafina caliente,
provocando una sensación desagradable en la sensible piel periarticular.
Al terminar las inmersiones se
envuelve la mano o el pie cubierto con las capas de parafina con una tela y y
un pastico, y se mantiene entre 15 y 30 minutos.
Terminando el tratamiento se
lava la mano o el pie con agua y jabón, y se da un suave masaje con crema
hidratante.
Inmersión
mantenida.
Una vez formado tres o cuatro
capas por inmersiones repetidas, se deja la mano o el pie sumergido en la
parafina durante 15- 20 minutos. Las capas solidificadas protegen de un
calentamiento excesivo, pero no siempre se tolera y hay posibilidad de que se
produzca un edema.
Con este método se consigue un
efecto más intenso que con la inmersión repetida.
Pincelación.
Se aplica las sucesivas capas
con un pincel ancho en las regiones que no se pueden sumergir, como la rodilla,
el hombro y la espalda.
Se aplica de 5 a 10 capas
sucesivas. Es conveniente que cada nueva capa no exceda la superficie de la
anterior para evitar la sensación de calor excesivo en el borde superado.
Se termina cubriendo la zona
con un plástico y una toalla o manta durante 20 minutos.
INDICACIONES.
Es el método de termoterapia
superficial de elección para el tratamiento de reumatismo y secuelas
traumáticas de la mano y pie. También se utiliza frente a contracturas y
rigideces articulares localizadas en las manos y pies.
Las contracturas se producen por
un acortamiento de los tejidos articulares o peroarticulares, por el
engrosamiento de la sinovial debido a una afección reumática o por tensión de
los ligamentos y las capsulas articulares a causa de alguna enfermedad
articular degenerativa.
La rigidez articular matutina
o tras reposo, características de la artritis reumatoide, puede ceder con la
aplicación de parafina.
Sin embargo, la existencia de
sinovitis aguda o subaguda contraindica el calentamiento directo de la
articulación.
No se debe de aplicar en
heridas o ulceras cutáneas, tanto por el peligro de infección como de inclusión
de la parafina en el tejido de granulación.
EFECTOS FISIOLOGICOS.
Analgesia.
Basados en los efectos locales
sobre los nervios, la vasodilatación y barrido de las sustancias alógenas, los
cambios en la permeabilidad celular y la mayor oxigenación. El aumento de la
temperatura cutánea disminuye directamente la sensación de dolor debido a los
cambios que se producen en la conducción nerviosa periférica y en el umbral del
dolor. La estimulación de los termo receptores puede modular la transmisión del
dolor a nivel medular según la teoría de la compuerta o liberación de
endorfinas.
Indirectamente, la analgesia
se produce con la mejoría de la reparación tisular, y la disminución de la
contractura muscular y la isquemia.
Finalmente, existe un efecto
psicológico de bienestar y relajación por el calor en la percepción de dolor.
Elasticidad
de los tejidos.
La elevación de la temperatura aumenta la
elasticidad y viscosidad del tejido conjuntivo o fibroso, lo que facilita la
elongación y la corrección de adherencias y contracturas. El calor modifica las
propiedades elásticas y produce una extensibilidad mayor de los tejidos fibrosos
ricos en colágeno, como los que se encuentran en los tendones, en las cápsulas
articulares y en las cicatrices.
El calentamiento
también afecta la fibra gamma en el músculo; la disminución en la sensibilidad
al estiramiento del huso neuromuscular que esto provoca, así como los reflejos
desencadenados por los receptores de temperatura, pueden constituir la base
fisiológica para la relajación del espasmo muscular, observado clínicamente
luego de la aplicación de calor.
El incremento máximo en la
longitud se consigue cuando se mantiene la temperatura del tejido entre 40 °C y
45°C durante 5-10 minutos.
Aumento
de la circulación.
Se produce como consecuencia
de la vasodilatación y es un mecanismo homeostático de neutralización del
aumento de la temperatura de los tejidos para retornarlos a valores normales y
protegerlos de las quemaduras.
Un factor importante en la
activación de la circulación y del sudor como refrigerantes es el propio
aumento de temperatura de la sangre, que actúa en los centros reguladores del
hipotálamo. El calor también disminuye la viscosidad de la sangre.
El aumento del flujo sanguíneo
será le expresión final del efecto vasomotor producido por las aplicaciones
termoterápicas. Mejorando la nutrición y
oxigenación celular, el aumento de la reabsorción de productos patológicos,
acción analgésica y antiespasmódica, para logra una restauración tisular.
CONTRAINDICACIONES.
Disminución
de la sensibilidad.
Una buena percepción de la
temperatura es imprescindible para que el paciente note signos de calentamiento
excesivo; por tanto, la termoterapia está contraindicada, o exige especiales
precauciones, en los casos de anestesia por lesiones nerviosas. Una práctica
aconsejable es explorar la sensibilidad cutánea con algodón y aguja antes del
primer tratamiento.
Isquemia
local.
Está contraindicado en
los tejidos con irrigación inadecuada.
El calor aumenta el
metabolismo de los tejidos y es necesario un mayor aporte sanguíneo para
soportarlo. En las artropatías obstructivas, en las que no existe la
posibilidad de un aumento de la circulación, la isquemia se agrava y se puede producir
lesiones tisulares con gangrena.
Inflamación
aguda o edema.
No aplicar en procesos
inflamatorios en fase muy aguda, ni durante procesos febriles.
Por vasodilatación y aumento
del metabolismo, agrava los síntomas de la inflamación, como el calor, el edema
y el dolor local.
PRECAUSIONES.
Pacientes
desorientados, ancianos y niños de edad corta.
Por su menor capacidad de
apreciación del grado de calor y de comunicación.
Ulceras
y heridas abiertas.
Más que contraindicación del calor, el problema está en la
posibilidad de que se produzca una infección en otros pacientes en caso de
contacto directo de los packs o el cabezal del ultrasonido, o la inclusión de
cuerpos extraños, como en el baño de parafina.
Cicatrices
grandes, injertos.
Por deficiente irrigación y
poca tolerancia.
Presencia
de metal en la zona.
El metal tiene una
conductividad térmica más alta y un calor especifico mayor que los tejidos
corporales y, por tanto, se calienta mucho al aplicar modalidades de
calentamiento por conducción. Por esta razón se deben de retirar todas las
alhajas antes de aplicar las modalidades de calentamiento superficial.